"DAR EJEMPLO NO ES LA PRINCIPAL MANERA DE INFLUIR SOBRE LOS DEMÁS; ES LA ÚNICA MANERA" (Albert Einstein)
Para que el maestro sea respetado o admirado por sus educandos, debe conocer a fondo de los temas que se planteen en clase; muchas veces los docentes se sienten acorralados por sus mismos estudiantes, ya que los bombardean con preguntas que, aunque suelen ser incluso "tontas" no las saben contestar y lo que hacen es confundir más a los mismos. Tal como dice el viejo dicho "No hay preguntas bobas sino bobos que no pregunten". Para evitar este tipo de inconvenientes, los docentes investigan mas sobre el cuestionamiento planteado, agregando que es preferible que digan la verdad de algo que no conocen y no inventar versiones alternas o respuestas sin un fundamento concreto.
En ese caso, siempre se le recomienda a los estudiantes investigar la misma pregunta, así sabrán como investigar y aprender un poco mas del tema; no siempre esas "investigaciones" surten un efecto positivo, ya que muchos no tienen el habito y prefieren dejar esas preguntas en el limbo, quedando su educación incompleta. Todo eso depende de la personalidad del mismo educador, porque si es retador, el estudiante se sentirá amenazado o retado por él, si es frió y calculador, el estudiante aprenderá mas lento pero, si es disciplinado pero amable, el estudiante se sentirá motivado a seguir esforzándose por lograr sus objetivos.
Es la gran diferencia entre un profesor y un maestro: el profesor solo se concentra en enseñar lo que dice su curriculo, sin actualizar su entorno social; mientras que el maestro ve mas allá, combinando el currículo laboral con los valores que tiene para conocer mas a sus estudiantes, encaminandolos en la sociedad dependiendo del estado en que se encuentra la educación.
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